CONCLUSIÓN Y LETANÍAS DEL SANTO ROSARIO


CONCLUSIÓN:
Después de escuchar a María, que nos ha abierto su corazón al narrarnos Ella  misma sus sentimientos en el Santo Rosario, nosotros clamamos con júbilo: ¡Gloria a Dios!, ¡Alabanza a Jesucristo, el Redentor!, ¡Honor a María, la Madre del Señor y Madre de la Iglesia!
SANTO ROSARIO, NARRADO POR MARÍA. Para meditar, contemplar los Misterios del Santo Rosario, acompañados de María, nuestra Madre. Este material llega a tus manos, gracias a Dios y al trabajo realizado por el Padre Pedro García, Misionero Claretiano. Un libro que nace, antes que en la Imprenta, en Radio Estrella, en Guatemala. Doña Clara Luz Estrada, hace el doblaje de María. Este trabajo estuvo bajo la supervisión del venerado Padre Narciso García Garcés, Q.E.P.D., fundador de la Sociedad Mariológica Española. “Tú eres el que hizo para el pueblo aquel trabajo tan bonito sobre la Virgen”, le dijo al Padre Pedro, cuando lo visitó enfermo, poco antes de morir.

Letanía Lauretana

Modificada por la Congregación del Culto Divino, en el Ritual de la coronación de una imagen de la Virgen, publicado en 1981, y traducida al castellano por la Conferencia Episcopal Española (L´Osservatore Romano, 26 Mayo 1984)

Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios.
Santa Virgen de las vírgenes.
Hija predilecta del Padre.
Madre de Cristo Rey.
Gloria del Espíritu Santo.
Virgen Hija de Sión.
Virgen pobre y humilde.
Virgen sencilla y obediente.
Esclava del Señor.
Madre del Señor.
Colaboradora del Redentor.
Llena de gracia.
Fuente de hermosura.
Conjunto de todas las virtudes.
Fruto escogido de la redención.
Discípula perfecta de Cristo.
Imagen purísima de la Iglesia.
Mujer nueva.
Mujer vestida del sol.
Mujer coronada de estrellas.
Señora llena de benignidad.
Señora llena de clemencia.
Señora nuestra.
Alegría de Israel.
Esplendor de la Iglesia.
Honor del género humano.
Abogada de la gracia.
Dispensadora de la piedad.
Auxiliadora del pueblo de Dios.
Reina de la caridad.
Reina de la misericordia.
Reina de la paz.
Reina de los ángeles.
Reina de los patriarcas.
Reina de los profetas.
Reina de los apóstoles.
Reina de los mártires.
Reina de los confesores de la fe.
Reina de las vírgenes.
Reina de todos los santos.
Reina concebida sin pecado original.
Reina asunta a los cielos.
Reina del mundo.
Reina del cielo.
Reina del universo.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

V. Ruega por nosotros, Madre gloriosa del Señor.
R. Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Oremos. Escucha, Dios misericordioso, las súplicas de tus siervos; y, ya que hemos reconocido con el rezo de este Rosario a Santa María, tu esclava, como nuestra Madre y nuestra Reina, concédenos que, sirviéndote a ti y a los hermanos aquí en la tierra, merezcamos ser recibidos en tu reino eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.



Letanía del Corazón de María

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Corazón de María, siempre Inmaculado,
ruega por nosotros.
Corazón de María, Hija del Padre.
Corazón de María, Madre del Hijo.
Corazón de María, Esposa del Espíritu Santo.
Corazón de María, templo de la Santísima Trinidad.
Corazón de María, Madre de la Iglesia.
Corazón de María, Madre nuestra amantísima.
Corazón de María, asociada al Redentor.
Corazón de María, Mediadora nuestra ante Dios.
Corazón de María, Reina de todo lo creado.
Corazón de María, arca de las palabras y misterios de Cristo.
Corazón de María, firmísimo en la fe.
Corazón de María, fundado en segurísima esperanza.
Corazón de María, hoguera ardiente de caridad.
Corazón de María, tesoro de pureza virginal.
Corazón de María, pobre y humilde.
Corazón de María, modelo de obediencia.
Corazón de María, milagro de paciencia.
Corazón de María, dechado de mansedumbre evangélica.
Corazón de María, espejo de todas las virtudes.
Corazón de María, rendido y pronto al mensaje del Ángel.
Corazón de María, obsequioso y santificante en la visita a Isabel.
Corazón de María, inundado de gozo en Belén.
Corazón de María, heroico y generoso en la Presentación.
Corazón de María, solícito y confiado en Caná.
Corazón de María, dichoso recibiendo y guardando la palabra de Dios.
Corazón de María, traspasado de dolor junto a la Cruz.
Corazón de María, jubiloso con Jesús resucitado.
Corazón de María, colmado de consuelo celestial.
Corazón de María, digno de veneración.
Corazón de María, digno de reparación y alabanza.
Corazón de María, digno de que nos consagremos a tu amor.
Corazón de María, trono de misericordia.
Corazón de María, consuelo de los afligidos.
Corazón de María, esperanza de eterna salvación.

V. Santísima Virgen, de Corazón manso y humilde.
R. Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oremos: Omnipotente y sempiterno Dios, que en el Corazón de la Bienaventurada Virgen María preparaste una mansión digna al Espíritu Santo: concédenos propicio que, renovando devotamente la memoria del mismo Inmaculado Corazón, podamos vivir según el Corazón de tu divino Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Narciso García Garcés Cmf.,
fundador de la Sociedad Mariológica Española.



Una letanía mariana

   Quiere ser un compendio de toda la Mariología, hecha gratitud a Dios, alabanza a la Virgen y plegaria.

   MARIA, cuyo Nombre proclaman los cielos y la tierra, ¡bendita seas!
   MARIA, la elegida con el mismo decreto eterno de Jesucristo.
   MARIA, concebida Inmaculada para ser digna Madre de Dios, ¡bendita seas!
   MARIA, Tú eres la Madre de Dios: ¡bendita seas!
   MARIA, Madre Espiritual de todos los hombres, ¡bendita seas!
   MARIA, Virgen perpetua entregada del todo a Jesucristo, ¡bendita seas!
   MARIA, Madre Dolorosa, asociada al Redentor, ¡bendita seas!
   MARIA, Madre de la Iglesia, Pueblo y Familia de Dios, ¡bendita seas!
   MARIA, triunfadora de la muerte en tu Asunción, ¡bendita seas!
   MARIA, Abogada nuestra ante Jesucristo el Redentor y ante el Padre, ¡bendita seas!
   MARIA, Dispensadora de la gracia de Dios, ¡bendita seas!
   MARIA, Reina y Señora de Cielo y Tierra, de los Ángeles y de los hombres, ¡bendita seas!
   MARIA, imagen de la Iglesia y modelo nuestro en la peregrinación de la fe, ¡bendita seas!
   MARIA, que nos amas con Corazón de Madre, ¡bendita seas!

*Señor Dios, que eres glorificado por las alabanzas que tributamos a María, la Madre de Jesús y Madre nuestra, en la que hiciste obras grandes con la fuerza poderosa de tu Espíritu: concédenos, por su intercesión, vernos libres de todo mal y colmados de toda tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.




El himno Akátistos  a la Virgen María

Es un acróstico griego precioso de 24 estrofas, llamado Akátistos, que se recitaba de pie por toda la asamblea. Resulta conmovedor al rezarlo a dos coros, con entusiasmo. Imágenes bellísimas, de fantasía exuberante, pero de gran profundidad bíblica y teológica. Tan antiguo y tan actual. Joya inapreciable de la Iglesia Oriental, de San Melodio (+560) o de Sergio, Patriarca de Constantinopla (+638), muy anterior a la división de las Iglesias, y testimonio de la antigüedad del culto a María.
Muchos de los títulos que da a la Virgen, de suyo exclusivos de Cristo, vienen a significar que María está estrechamente asociada a la obra del Redentor y que Ella es la Dispensadora de la gracia que nos mereció Jesucristo nuestro Mediador.
El Papa Juan Pablo II nos pedía recitarlo como homenaje a la Virgen y como un signo de unión con las Iglesias Orientales en el amor a nuestra Madre. El texto aquí reproducido está tomado de JM Solé Romá, Ahí tienes a tu Madre.

Ave, Esposa siempre Virgen.
Ave, aurora de la alegría.
Ave, desterradora de la maldición.
Ave, rehabilitación de Adán caído.
Ave, consoladora del llanto de Eva.
Ave, inaccesible a los pensamientos humanos.
Ave, abismo insondable para los ojos angélicos.
      Ave, Trono del Rey.
Ave, seno que llevas a quien lleva el Universo.
Ave, estrella anunciadora del Sol.
Ave, tálamo de la divina Encarnación.
Ave, renovadora de la creación.
Ave, Madre del Creador.
Ave, iniciada en la economía inefable.
Ave, testimonio del insondable plan de Dios.
Ave, principio de los milagros de Cristo.
Ave, recapitulación de los dogmas cristianos.
Ave, escala celestial por la que desciende Dios.
Ave, puente que llevas de la tierra al cielo.
Ave, maravilla ilustrísima de los Ángeles.
Ave, tormento de los demonios.
Ave, engendradora inefable de luz.
Ave, iluminadora de la mente de los fieles.
Ave, sabiduría superior a los sabios.
Ave, luz espiritual de los fieles.
Ave, sarmiento de vid incomparable.
Ave, huerto de frutos de inmortalidad.
Ave, jardinera del cultivador de la gracia.
Ave, Madre del sembrador de nuestra vida.
Ave, tierra fértil en piedades.
Ave, altar acumulado de ofrendas.
Ave, puerto refugio de las almas.
Ave, incienso grato de oración.
Ave, propiciación por todo el mundo.
Ave, beneplácito de Dios con los mortales.
Ave, avaladora de los hombres ante Dios.
Ave, Madre del Cordero y del Pastor.
Ave, redil espiritual de las ovejas.
Ave, defensa contra los enemigos invisibles.
Ave, llave de la puerta del paraíso.
Ave, transportadora del gozo celeste a la tierra.
Ave, unión de las voces de la tierra y del cielo.
Ave, boca elocuente de los apóstoles.
Ave, fortaleza invencible de los mártires.
Ave, fundamento sólido de la fe.
Ave, signo radiante de la gracia.
Ave, vencedora que despojas al infierno.
Ave, vencedora que nos cubres de gloria.
Ave, Madre del Sol sin ocaso.
Ave, claridad del día místico.
Ave, extintora del fuego de la mentira.
Ave, iluminadora del misterio de la Trinidad.
Ave, destructora del poderío del cruel tirano.
Ave, entronizadora de Cristo nuestro Señor.
Ave, clausuradora de las supersticiones paganas.
Ave, crisol de las obras impuras.
Ave, superadora de los ritos paganos del fuego.
Ave, bálsamo refrigerador de las pasiones.
Ave, guía de los fieles a la templanza.
Ave, gozo de todas las generaciones.
Ave, restauración de los hombres.
Ave, pavor del infierno.
Ave, destierro del error.
Ave, demostración de la vanidad de los ídolos.
Ave, mar que anegaste al faraón infernal.
Ave, roca que manas el agua saciativa de la vida.
Ave, columna de luz en la noche de las tinieblas.
Ave, pabellón inmenso que a todos nos acoges.
Ave, maná celestial.
Ave, anfitrión que preparas el sagrado banquete.
Ave, tierra de promisión.
Ave, tierra que mana leche y miel.
Ave, flor inmarcesible.
Ave, corona de la continencia.
Ave, rostro en el que refulge la resurrección.
Ave, espejo que refleja la vida angélica.
Ave, árbol frondoso en el que todos se cobijan.
Ave, árbol deleitoso que nutre a los fieles.
Ave, Madre del Camino de los extraviados.
Ave, Madre del Redentor de los cautivos.
Ave, abogada ante el Juez justo.
Ave, indulgencia de los pecadores.
Ave, túnica de gracia de los desnudos.
Ave, afecto que purifica toda pasión.
Ave, palacio excelso de Dios.
Ave, puerta de los grandes misterios.
Ave, engendradora del Dios incomprensible.
Ave, doctrina inasequible a los creyentes.
Ave, gloria inequívoca de los creyentes.
Ave, arca de quien se sienta sobre Querubines.
Ave, palacio augusto del Señor de los Serafines.
Ave, conciliadora de las enemistades.
Ave, Virgen y Madre conjuntamente.
Ave, desnudadora de la trasgresión.
Ave, abridora del paraíso.
Ave, clave del arco del Reino de Cristo.
Ave, esperanza de los bienes eternos.
Ave, llena de gracia.
Ave, receptáculo de la sabiduría de Dios.
Ave, depósito de su Providencia.
Ave, victoria sobre la falsa filosofía.
Ave, confusión del sabio orgulloso.
Ave, derrota del sofista presuntuoso.
Ave, confusión de todo fraude.
Ave, disipadora de dudas y equívocos.
Ave, solución de los problemas de los filósofos.
Ave, abundancia de las redes de los pescadores.
Ave, liberadora de los abismos de la ignorancia.
Ave, faro de la mente.
      Ave, barco de los que quieren salvarse.
Ave, puerto que acoge a todos los navegantes.
Ave, abanderada de la virginidad.
Ave, atrio de la salvación.
Ave, principio de la nueva creación.
Ave, administradora de la bondad divina.
Ave, regeneradora de los concebidos en pecado.
Ave, serenidad de los espíritus conturbados.
Ave, aprisionadora del corruptor de las almas.
Ave, Madre del sembrador de la pureza.
Ave, tálamo de un connubio inmaculado.
Ave, vínculo de los fieles con Cristo.
Ave, fuente de un río inagotable.
Ave, imagen viva del agua de la sagrada piscina.
Ave, ablución de la mancha del pecado.
Ave, baño en que se lava la conciencia.
Ave, manantial de la alegría.
Ave, aroma que nos perfumas de Cristo.
Ave, corazón del convite sagrado.
Ave, tabernáculo del Verbo de Dios.
Ave, más santa que todos los santos.
Ave, arca dorada por el Espíritu Santo.
Ave, tesoro inagotable de vida.
Ave, diadema preciosa de reyes santos.
Ave, honor y gloria de piadosos sacerdotes.
Ave, torreón imbatible de la Iglesia.
Ave, baluarte indestructible del Reino.
Ave, dispensadora de victorias y trofeos.
Ave, derrota de nuestros enemigos.
Ave, medicina de nuestros cuerpos.
Ave, salvación de nuestras almas.
Ave, Esposa siempre Virgen.




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