CINCO PRIMEROS SÁBADOS DE MES AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
La devoción de los Cinco Primeros Sábados
Fuente: http://es.catholic.net/op/articulos/18512/cat/750/la-devocion-de-los-cinco-primeros-sabados.html
"Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón"
En su tercera aparición en Fátima el 13 de julio de 1917, la Santísima Virgen anunciaba que vendría una vez más a pedir la Comunión Reparadora de los Primeros Sábados.
Años más tarde, cuando Lucía ya se encontraba en la Casa de las Religiosas Doroteas, en Pontevedra (España), Nuestra Señora la visitaba nuevamente y también a su lado, sobre una nube luminosa, estaba el Niño Jesús:
Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, en cada momento, me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos aquéllos que :
• durante 5 meses - en el primer sábado -
• se confiesen,
• reciban la Sagrada Comunión,
• recen el Rosario y
• me hagan 15 minutos de compañía meditando sobre
los Misterios del Rosario, con el fin de desagraviarme,
Yo prometo asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.
¿Por qué 5 sábados?
Después de que Lucía pasara unos momentos en oración, Nuestro Señor le revelaba la causa de ser 5 los sábados de reparación:
Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María :
1ª - Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
2ª - Contra su virginidad,
3ª - Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
4ª - Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
5ª - Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes
Una guía para
realizar los primeros cinco sábados
La devoción de los primeros sábados, tal como
la pidió nuestra Señora de Fátima, lleva la aseguranza de la salvación. Para
sacar ganancia de tan grande promesa de nuestra Señora, sin embargo, debe
entenderse bien la devoción y llevarse a cabo debidamente. Los requisitos,
según los estipuló nuestra Señora, son:
1. Confesión
2. Comunión,
3. Cinco décadas del rosario
4. Meditación sobre uno o más de los misterios
del rosario por un cuarto de hora,
5. Hacer todas estas cosas en el espíritu de
reparación al inmaculado corazón de María.
6. Observar estas prácticas el primer sábado de
cinco meses consecutivos.
1. Confesión. Una confesión reparadora
significa que la confesión no solo debe ser buena (válida y lícita), sino que
debe también ofrecerse en el espíritu de reparación, en este caso, al corazón
inmaculado de María. No hay necesidad de informar al propio confesor, pero la
intención de ofrecerla en reparación debe hacerse cuando menos antes de recibir
la absolución, y esto puede ser en camino a confesión o incluso unos días antes
al decidirse hacerla.
Esta confesión puede hacerse el mismo primer
sábado o algunos días antes o después del primer sábado, y puede asociarse con
otra devoción. Así, la confesión hecha en relación a la devoción del primer
viernes puede ofrecerse como confesión reparadora al corazón inmaculado de
María en conexión con la devoción del primer sábado. Las dudas que sobre esta
cuestión tuvo Lucía fueron resueltas por el Niño Jesús en su aparición del 15
de febrero de 1926.
De este modo, cuando Lucía explicó las
dificultades que algunos experimentan al confesarse los sábados y al preguntar si
bastaría la confesión hecha dentro de la octava que precedió, el Niño Jesús
contestó:
—Sí, la confesión puede preceder, incluso por
un período largo, con tal de que al recibirme estén en estado de gracia, y que
se haga con la intención de hacer la reparación al corazón inmaculado de mi
Madre.
—Pero ¿y si la persona se olvida de hacer la
intención reparadora en la confesión? —preguntó Lucía.
—Que haga la intención en la siguiente
confesión, en la primer oportunidad que se presente.
2. Comunión. La comunión de reparación
debe ser sacramental (bajo una especie, o dos en el caso de los ritos
orientales), debidamente recibida y con la intención de hacer la reparación.
Esta ofrenda, como la confesión, es un acto interior y, por tanto, no se
necesita ninguna acción externa para expresar la intención. La comunión debe
hacerse dentro de las 24 horas del primer sábado. Por causas justas, aprobadas
por un sacerdote, la persona puede recibir la comunión el siguiente día, el
domingo después del primer sábado (concesión concedida por el mismo
Jesucristo).
La
comunión espiritual no satisface esta condición.
3. El rosario.
El rosario aquí mencionado fue indicado con
la palabra portuguesa terzo, que por lo común se emplea para denotar un rosario
de cinco décadas, ya que forma un tercio del rosario de quince décadas. Esto
también debe rezarse en el espíritu de reparación. Es costumbre meditar los
sábados sobre los misterios gloriosos, pero nada impide que se medite sobre los
misterios gozosos o dolorosos. De hecho, en algunos casos, puede que sea mejor
meditar sobre otros misterios. Lo importante es rezar bien el rosario, haciendo
lo mejor para estar atento y para meditar sobre cada misterio durante cada
década. Como en los otros casos, debe tenerse la intención de ofrecer el rosario
en reparación al inmaculado corazón, cuando menos al comienzo del rosario.
4. Meditación
por un cuarto de hora.(*)
Aquí la meditación sobre uno o más misterios
debe hacerse sin el rezo simultáneo de las décadas del rosario. Como ya se
indicó, la meditación puede ser sobre un solo misterio por 15 minutos, o todos
los 15 misterios deteniéndose en cada uno por alrededor de un minuto, o,
nuevamente, sobre dos o más misterios durante el período. Esto también se puede
hacer antes de cada década, deteniéndose tres o más minutos para considerar el
misterio de la década particular. Esta meditación debe asimismo hacerse en el
espíritu de reparación al inmaculado corazón de María.
La meditación consiste en repasar los
acontecimientos como si uno estuviera allí presente, o en considerar lo que uno
podría haber hecho si se hubiera estado presente durante los sucesos; y en
decidir cambiar, según la lección enseñada en el misterio, el comportamiento
propio en casa, en el trabajo, en el tratamiento con la gente, etc.
A muchos les resulta difícil meditar porque
no han hecho el intento antes. Pero puede comenzarse usando imágenes que
representen los diferentes misterios, o leyendo lenta y devotamente las
meditaciones apropiadas que se prepararon para nuestro uso, o incluso con leer
los relatos del Evangelio que contienen los misterios, con comentarios o sin
ellos. A los que no pueden leer se les recomienda que pasen un cuarto de hora
recordando todos los hechos que conozcan sobre el nacimiento, la infancia y
juventud de Jesús (misterios gozosos); sobre los sufrimientos de Jesús
representados en Cuaresma, Semana Santa y las estaciones de la cruz (misterios
dolorosos); y sobre pascua, la ascensión, la venida del Espíritu Santo y su
efecto en los apóstoles y el mundo. Considera, además, la vida de nuestra
Señora desde Pentecostés hasta su muerte y asunción al cielo, donde ejerce su
privilegio como Madre de Dios a fin de obtener de su divino Hijo las gracias
para sus hijos en la tierra, incluso descendiendo a la tierra en ocasiones para
advertirnos de los grandes peligros venideros y para darnos la ayuda oportuna
para combatirlos.
Ha habido muchas apariciones de nuestra
Señora, pero en Fátima por primera vez pide la meditación del rosario. Es obvio
que esta petición es para ayudarnos a rezar el rosario adecuadamente y sacar
muchos auxilios para la enmienda de nuestras vidas y nuestra santificación. Si
muchos no rezan el rosario adecuadamente o se consideran incapaces de ello, es
porque no están familiarizados con los acontecimientos relacionados con cada
uno de los misterios y su trascendencia para con nosotros. La meditación, según
la petición de nuestra Señora, nos ayudará a concentrarnos en cada una de las
escenas del Evangelio en el misterio y a recordar las lecciones que contienen.
5. El espíritu
de reparación.
Todos estos hechos, como ya se dijo arriba,
han de hacerse con la intención de ofrecer reparación al Inmaculado Corazón de
María por las ofensas cometidas contra ella. Todo el que la ofende, comete, por
decir así, una doble ofensa, pues estos pecados también ofenden a su divino
Hijo, Jesucristo, y, por consiguiente, hace peligrar la salvación de su alma.
Dan mal ejemplo a otros y debilitan las fuerzas de la sociedad para resistir
las arremetidas inmorales. Tales devociones, por tanto, nos hacen considerar no
solo la enormidad de la ofensa contra Dios, sino también el efecto de los
pecados sobre la sociedad humana, así como la necesidad de deshacer estos
efectos sociales aun cuando el ofensor se arrepienta y se convierta. Además,
esta reparación subraya nuestra responsabilidad para con pecadores que, por sí
mismos, no rezarán ni harán reparación por sus pecados.
En pocas palabras, esta devoción nos presenta
nuestras responsabilidades sociales y nos recuerda el hecho de que para ir a
Dios debemos amar a nuestro prójimo y tratar de salvar su alma; también nos
muestra que un excelente modo de hacer esto es mediante el espíritu de
reparación al inmaculado corazón de María. Esta devoción, por otro lado, nos
lleva a elevar nuestros criterios morales y religiosos, y, por lo tanto,
trabaja para elevar los criterios de la familia, la comunidad y la nación en
donde moramos.
Existen muchos que parecen estar preocupados
porque, aun cuando tratan de observar los primeros cinco sábados conforme a la
petición de nuestra Señora en Fátima, no se acuerdan de hacer la intención de
reparación a tiempo para la confesión, la comunión o el rezo del rosario. Mas
esta dificultad puede superarse haciendo una resolución al comienzo, cuando uno
decide observar los primeros sábados en los próximos cinco meses consecutivos,
y decidir que todos los actos o devociones relacionados serán ofrecidos en
reparación al inmaculado corazón. Siempre que esta intención no se retire,
permanecerá efectiva, aun cuando en el momento uno no se dé cuenta del motivo.
6. Cinco
primeros sábados consecutivos.
La idea de cinco primeros sábados es
obviamente para que perseveremos en los actos devocionales para estos sábados y
para superar las dificultades iniciales. Una vez hecho esto, nuestra Señora
sabe que la persona se volverá devota a su inmaculado corazón y persistirá en
la práctica de dicha devoción todos los primeros sábados, trabajando así para
la autorreforma y para la salvación de los demás.
A menos que Rusia se convierta, el movimiento
contra Dios y a favor del pecado continuará extendiéndose, promoviendo guerras
y persecuciones, y haciendo que la consecución de la paz y la justicia sea
imposible para este mundo. Un medio para obtener la conversión de Rusia es
vivir el mensaje de Fátima. Es mucho lo que está en juego, de manera que para
animar a los católicos a la práctica de la devoción de los primeros sábados,
nuestra Señora nos aseguró que obtendrá la salvación para todo el que observe
los primeros sábados por cinco meses consecutivos conforme a las condiciones
establecidas.
En el momento supremo, el alma saliente
estará en estado de gracia o no. En cualquier caso nuestra Señora estará a su
lado. Si en el estado de gracia, la consolará y la ayudará a resistir cualquier
tentación que el diablo le presente en su último intento de llevarse a la
persona al infierno. Si no en el estado de gracia, nuestra Señora ayudará a la
persona a arrepentirse de una manera que agrade a Dios de manera que se
beneficie con los frutos de la redención y sea salvada.
* En este mismo Blog, encontrarás "EL ROSARIO NARRADO POR MARÍA", en sus Misterios Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos, enriquecido con audio, imágenes, texto, para que te sea más fácil meditar, contemplar, por 15 minutos los Misterios del Santo Rosario, de la mano de María, nuestra Madre. (Se dá de manera independiente al Santo Rosario).
Descarga a tu dispositivo móvil "El Rosario narrado por María", del Padre Pedro García, Misionero Claretiano, dando click al siguiente enlace: